lunes, 30 de junio de 2008

CALETA COLOSO


CALETA Y PUERTO DE COLOSO




Los primeros pobladores de la costa antofagastina corresponden a pequeños grupos o bandas que la recorrieron hace mucho tiempo, más de lo que podemos imaginar. Alrededor de once mil años antes del presente. El área de quebrada La Chimba guarda un verdadero tesoro arqueológico, el lugar donde fueron hallados los restos de quien se estima es, hasta ahora, el hombre más antiguo de la costa sudamericana.
Varios sitios arqueológicos están ubicados en playas de la zona residencial de Antofagasta, lugares donde pernoctaron estos primeros habitantes que también visitaban el sector de Coloso. Allí se conectaron con los grupos caravaneros procedentes de San Pedro de Atacama, que asentaron en los cerros para explotar el cobre nativo. Para explicar esta situación, es necesario recordar que en el esplendor de la cultura San Pedro, más o menos 500 años antes de Cristo, el citado oasis era el centro neurálgico del tráfico comercial entre la costa, la precordillera y los pueblos situados más allá de la cordillera de Los Andes.
En el litoral se desarrollaba entonces una verdadera revolución económica, ya que las invenciones del anzuelo de concha y de la balsa hechas con cuero de lobo, permitieron variar de la pesca de orilla a la caza mayor, mar adentro. Esta vida fue interferida a comienzos de nuestra era, por los citados grupos de la cultura atacameña, que descendieron desde los oasis precordilleranos tras los recursos costeros, que eran muy importantes, como pescados, mariscos, conchas para hacer adornos y cobre nativo, obtenido de preferencia en el área del cerro Coloso.
Este contacto corresponde a uno de los momentos históricos más relevantes que se haya constatado en la costa. El encuentro de dos historias distintas, dos tradiciones diferentes; los costeños y los agro-pastores que se instalaron en pequeños campamentos para practicar el trueque.
Sin embargo, la explotación multiétnica consideró además a individuos de la cultura Arica, que también vivían el proceso de maritización y que llegaron para explotar igualmente los ricos recursos costeros y mineros. Recientes indagaciones permiten probar que el cobre nativo del sector de caleta Coloso fue un metal de muy fácil explotación para los indígenas. Un recurso superficial de alta ley, quizás uno de los mejores en la región.
Un antecedente para dejar claro lo expuesto. De 300 tumbas excavadas en Arica, sólo en cinco se encontraron objetos metálicos, mientras que las colecciones de objetos de metal más ricas en la arqueología del norte de Chile se encuentran en la costa de Antofagasta.
Aquí surge nuevamente una pregunta. ¿Por qué los grupos de San Pedro de Atacama bajaban a explotar los minerales de la costa?
Los atacameños llegaban al litoral en busca de recursos marítimos, pero a la vez explotaban cobre de alta ley. Eso explica que entonces que gente tan distante como los pobladores de Arica, alcanzaran a la actual capital de la II región, porque ellos tenían déficit de cobre. Algo similar ocurrió con las poblaciones diaguitas que, según investigaciones de hace algunos años, probaron que también estuvieron en la costa antofagastina.
La conjunción de culturas provocó, obviamente, el mestizaje hasta alcanzar los últimos episodios con la llegada de los incas, quienes alcanzaron la costa de Taltal y probablemente recorrieron el litoral de Antofagasta.
Pero el sur de la ciudad no sólo guarda la riqueza cuprífera, sino también minas de oro, aunque de menor envergadura. En tiempos recientes, continuó la explotación de pirquenes y fueron numerosos los aventureros que buscaron un yacimiento enorme que esperaban los hiciera ricos.
Para nadie era un misterio que el sector cercano a la caleta Coloso encerraba ricos yacimientos de cobre de altas leyes y muchos hombres fueron los que en sus inmediaciones trataron de encontrar el "Derrotero de Naranjo", codiciado por exploradores y mineros que, en algunos casos, jamás regresaron a su hogares, perdiéndose sus rastros..Hasta la fecha nada ha sido hallado y sólo queda, quizás como un mudo testigo, un socavón en la ladera del Morro Jorgino, que se conoce como la mina "El Ensueño"
Isaac Arce, en “Narraciones históricas de Antofagasta”, recuerda que luego que Juan López se estableciera en La Chimba (Antofagasta), el minero copiapino Francisco Carabantes descubrió y explotó con muy buenos resultados algunas minas de cobre de buena ley en Caleta Coloso. Su hermano y socio, Benjamín, atendía las faenas en que se ocupaba un centenar de trabajadores.
Según el historiador, “los metales que eran de una ley que no bajaba de 50%, eran llevados a Caldera en pequeñas embarcaciones, al principio, y después en balandras o pailebotes, los que, de retorno, traían víveres y agua para abastecer las necesidades del mineral”.
Pero no sólo los hermanos Carabantes estuvieron involucrados en la explotación de cobre en Coloso; también lo hizo José Díaz Gana, organizador de la expedición que en 1870 descubrió el rico mineral de plata de Caracoles. Este minero y experto explorador, a comienzos de ese año envió a Guayacán (Coquimbo), 754 quintales de minerales de cobre a bordo de la barca italiana "Atala".

EL PUERTO SALITRERO

En año 1871 comenzó en el territorio bajo jurisdicción chilena otra etapa en las exploraciones que tenía por objetivo descubrir yacimientos de caliche, afanes que tuvieron éxito un año después cuando una caravana dirigida por el minero Emeterio Moreno, llegó a terrenos ubicados a unos cien kilómetros al sureste de Antofagasta. Así nacía el cantón salitrero de Aguas Blancas.
En 1873, acompañado de otro de los pioneros de la minería regional, Matìas Rojas Delgado, Moreno realizó otra expedición a esas pampas ratificando sus descubrimientos. Ambos personajes formaron parte del primer municipio de Antofagasta.
Ese mismo año se hicieron los primeros pedimentos a la Intendencia de Atacama, uniéndose luego otras solicitudes de mensuras y adjudicaciones. "Fue así como en diciembre de 1876, Rojas Delgado procedió a efectuar las primeras mensuras de más de sesenta pertenencias y, en enero de 1877, envió los informes correspondientes", expresa el historiador Juan Floreal Recabarren Rojas en el libro “Coloso: una aventura histórica”, que publicó junto a Antonio Obilinovic y el fallecido investigador Juan Panadés.

1 comentario:

Red devil dijo...

Interesante resulta tu informacion eso tambien esta unm poco relacionado con la guerra del pacifico en la cual se disputavan el "salitre" entre Chile, Bolivia y Peru.
He leido algo sobre esa guerra en la cual Chile obtuvo las mejores condiciones.
Saludos desde Mexico y pasa a mi Blog.